El BDSM no es abuso. La teoría nos la sabemos, ¿verdad?

BDSM son relaciones libres y consensuadas entre adultos. En el BDSM no hay cabida para el maltrato.

Maltrato y abuso en el BDSM

…Pero hay abusadores encubiertos dentro del BDSM.

No debemos ignorar que nuestra comunidad puede verse como el refugio perfecto para narcisistas manipuladores. Y para que este tipo de relaciones abusivas se disimulen entre prácticas y dinámicas que, aunque parezcan similares en apariencia, tienen una gran diferencia: no son consensuadas, sino impuestas. O donde consenso y consentimiento estarán viciados por la manipulación, miedo y culpabilidad a las que someten a la víctima.

¿Cuál es el problema entonces? Si no es BDSM, si estas personas no están felices, ¿por qué no salen de ahí?

Porque no es tan fácil salir de una relación abusiva. Y porque tampoco están seguros de que eso que están viviendo no sea BDSM. En demasiadas ocasiones la información que nos llega desde la comunidad, tanto de RRSS como blogs, libros y eventos no ayuda a distinguir entre abuso y BDSM.

Aquí tengo que darnos un tirón de orejas.

En el BDSM tendemos a escribir tratados grandilocuentes: que si el “decálogo de la buena sumisa”, “castigos para corregir conductas no deseadas”, “cómo conseguir que tu sumiso sea adicto a su Ama”, etc.

Se ven bios con el perfil psicológico de los manipuladores. Mucha de la información que estamos dando a personas que se interesan por nuestras prácticas y nuestra comunidad están redactadas como normas a cumplir por todas las relaciones BDSM, no como dinámicas libres que deben ser realmente deseadas por las partes implicadas. Hay tratados que son pura misandria o misoginia. Hay personas que están de rol todo el tiempo, que te entran de ese modo sin consenso previo y con la que no se puede tener una conversación entre iguales.

Y ni nos inmutamos.

Claudie, es que eso son todo fantasías que forman parte del BDSM, se tiene que entender.

Hum…

La línea entre una relación sana y otra abusiva puede estar clara para la persona que lo escribe. O tal vez no, quién sabe. Puede que el autor del “Los cien mandamientos de la perfecta sumisa”, por poner un ejemplo inventado, se esté refiriendo a sus gustos, que tenga claro que no son normas y que no se debe imponer, sino que hace falta consenso. Pero si luego no lo plasma de esa manera, y además lo que describe es pura manipulación y abuso, estará confundiendo a posibles víctimas y dando alas a sus verdugos.

Y a mí me hará pensar si dicho autor simplemente no se ha dado cuenta, si está fantaseando… o si tiene otros propósitos más oscuros.

¿Qué estamos consiguiendo? Que haya gente que crea que las relaciones BDSM son así, y “hay que pasar por el aro”. Porque además luego lo hablan con personas “experimientadas”, que te cuentan exactamente lo mismo. Vamos a eventos y lo mismo. Hablamos en la comunidad, y lo mismo.

Gentes, estamos abonando el campo para los abusadores. ¿De verdad queremos eso? Todos somos responsables de lo que decimos y de cómo divulgamos nuestro contenido. Hagamos autocrítica.

¿Que “corta el rollo”? ¿No es tan morboso? La responsabilidad de crear una comunidad donde se distingan narcisistas de dominantes, manipuladores de protocolarios, o maltratadores de sádicos, es más importante que tu paja, Jose Luis. Y créeme, morbo puede haber a raudales sin necesidad de confundir a nadie.

Luego mantras como: “el placer de una sumisa es únicamente el placer de su Amo”, se escuchan mil veces. Y puede que sí, pero solo para algunas relaciones. ¿Para cuáles? Pues aquellas en las que una sumisa y su D. quieran y sean felices de esa manera, obviamente. Al final lo importante es que todo el mundo esté a gusto y disfrutando*.

(*)Y aquí voy a hacer un inciso. En el BDSM no estamos para sufrir. Puede haber dolor o no, puede haber humillación o no, puede que no te gusten algunas prácticas en sí mismas, que las hagas para tu D., y que, a través de esa entrega, obtengas tu propio placer y felicidad. Aunque no te guste, aunque te duela. Si lo deseas, lo necesitas y lo quieres hacer sin miedos ni coacciones, eso es disfrutarlo también.

¿Duele, pero lo quiero? ¿”Detesto” hacerlo, pero me hace sentir orgullo? ¿Necesito ese castigo cuando me equivoco?

¿Realmente estoy feliz? Si la respuesta es sí, es BDSM.

Si tú no lo quieres hacer, pero lo haces por miedo, por chantaje, por presiones, porque “eso es de ser buen sumise”, porque te crees que no mereces más, porque te da pavor a perder esa relación, por los motivos que sean, pero estás pasándolo mal y estás sufriendo de manera real, eso es ABUSO.

Está claro, ¿verdad?  Ea, pues ya sabemos distinguir entre un “sufrimiento” que disfrutamos y un sufrimiento real.

Volviendo a lo de antes. Una vez que entras en una relación con un manipulador o narcisista, es muy difícil salir, y te van alejando poco a poco de lo que eres y de quienes te quieren. Muchas veces sin que te des cuenta. Eso es lo que me han contado las personas que me relataron sus historias de maltrato.

Porque para apoyar este artículo y tener una visión más clara del problema, pedí ayuda a la comunidad BDSM de Twitter. Quería conocer gente que hubiera tenido la mala suerte de caer en una relación tóxica. En tres días recibí más de ciento veinte casos de relaciones abusivas disimuladas dentro del BDSM.

La gran mayoría de las personas que me escribieron eran sumisas, o switches en ese rol. Recibí algunas historias de Dominantes, pero a pesar de existía el abuso, este no solía estar enmascarado como BDSM.

Esas historias me han servido para sacar el perfil de la persona narcisista que más abunda por estos lares y los patrones habituales que se dan en este tipo de relaciones y cómo se aplican al BDSM.

DISCLAMER: No es necesario que se den todos los patrones para que sea una relación abusiva, basta con que se den algunos sin consentimiento o con consentimiento viciado. Por otro lado, que se den algunas de estas dinámicas en vuestras relaciones no tiene que ser constitutivo de abuso per se. Lo importante es saber si estáis a gusto y felices y si lo que se hace es consensuado y deseado realmente por todos. Que no os estén obligando o manipulando para hacer algo que no queréis hacer.

RASGOS DEL PERFIL DEL NARCISISTA:

  1. Delirio de grandeza.
  2. Ideación y fabulación de logros.
  3. Necesidad de admiración.
  4. Explotación de la persona sumisa.
  5. Falta de empatía.
  6. Envidia.
  7. Arrogancia.
  8. Soberbia.
  9. Auto enaltecimiento.
  10. Carencia de arrepentimiento.
  11. Inseguridad.
  12. Victimización.
  13. Inflexibilidad.
  14. Endiosamiento.
  15. Celos.

PATRONES HABITUALES QUE AFECTAN A LAS SESIONES O AL BDSM:

  1. No se respetan los límites.
  2. La víctima no tiene modo de parar una práctica o castigo.
  3. Se presentan como personas experimentadas y conocedoras de las practicas, sea cierto o no.
  4. Sus ideas y métodos son los únicos válidos en la relación.
  5. Desdén por el estado físico y emocional de su víctima. Exigencias durísimas.
  6. Consideran que los sumisos están para servir sin límite ni placer, el placer es sólo para el D.
  7. Falta de consenso.
  8. Relaciones homosexuales forzadas.
  9. Relaciones sexuales forzadas con terceros.
  10. Prohibición de hablar con otras personas de la escena. O de buscar información sobre prácticas por su cuenta.
  11. Humillación usando el físico de la víctima.
  12. Destruyen la autoestima de su víctima.
  13. Falta de empatía.
  14. No dejan que haya comunicación entre iguales, todo lo dicen desde su posición de superioridad.
  15. No ven su poder como una cesión de la parte sumisa, sino como algo intrínseco a su rol de dominante.

PATRONES HABITUALES QUE AFECTAN A LA RELACIÓN:

  1. Culpabiliza a la víctima de la situación.
  2. La víctima es la responsable de mantener la felicidad y calma en la pareja.
  3. Uso del silencio como castigo.
  4. Mentiras. Distintas versiones de lo ocurrido, según con quien habla.
  5. Celos continuados.
  6. Convence a su víctima que es demasiado inocente, frágil, tonta.
  7. Las ideas de su víctima siempre están equivocadas.
  8. Chantaje, extorsión y amenazas de contarle a los allegados, plantarse en su casa o empapelar el pueblo con su foto.
  9. No respeta otros tiempos ni espacios de la víctima: llamadas a deshoras o constantes. Exigencia de disponibilidad total.
  10. Vigilancia y control de la víctima.
  11. Desdén por el estado físico y emocional de la víctima. Incluso también el económico.
  12. Destruyen la autoestima de su víctima. La víctima duda de sí misma e idealiza a su abusador.
  13. No aceptan que la víctima corte la relación.
  14. Alternan cariño y abuso. Dan una de cal y otra de arena.

PATRONES HABITUALES QUE AFECTAN A LA VIDA FAMILIAR Y SOCIAL:

  1. Aislamiento de la víctima de familiares y amigos.
  2. Prohibición de entrar en RRSS.
  3. Prohibición de hablar con otras personas. O controla las comunicaciones. Lee las conversaciones privadas. Tienen acceso a sus RRSS, emails, móvil.
  4. Controlar o prohibir estar con otras personas.
  5. Mantener la relación oculta.

Ya por último, os voy a contar cómo empezó un amago de relación manipuladora que me pasó tras mi regreso al BDSM:

Coincidí con una sumisa encantadora. Era dulce y amable y empezó a estar muy pendiente de mí en Twitter. Tenía muy mala suerte en la vida, con su familia, con su situación económica y con sus anteriores relaciones BDSM. Al poco de conocernos ya nos habíamos hecho amigas. Se ganó mi confianza y yo le contaba cosas que me ocurrían con mi familia, o en el trabajo. Ella se mostraba comprensiva y atenta.

Al cabo de un tiempo empezó a decir cosas como “solo yo te entiendo”, o “esa persona es que no te conviene”, que me chocaban. Pero lo achacaba a que estaba muy necesitada de la atención de una persona D. y al cariño que me tenía. Una forma de decirme que estaba de mi parte. Eso cada vez era más frecuente. Y cada vez me gustaba menos y le contaba menos mis problemas, para que no me hablara mal de mis personas queridas.

Poco a poco empezó a molestarse cuando no hablaba con ella. Si me metía en Twitter, ponía algo o favoreaba, pero no entraba en Telegram para charlar, me lo reprochaba.

Ahí ya empecé a agobiarme. Todo lo que no fuera estar con ella, o las cosas que ella consideraba aceptables para mí, eran malas y debería alejarme. La única persona que me comprendía era ella, me repetía una y otra vez. Y yo me sentía culpable, porque sabía que estaba mal, pero realmente no me apetecía hablarle. Hacía el esfuerzo, porque yo era uno de sus dos únicos apoyos y me necesitaba, no iba a abandonarla así.

Cuando intentaba aclarar las cosas o le decía cómo me sentía, ella daba la vuelta a las situaciones y me acusaba de entenderlo todo mal. Interpretaba mi realidad de una manera completamente distinta a lo que yo veía. “Las cosas no eran así”, “eso no era nada”, sus palabras sí eran esas pero el significado que yo le daba no… Y cada día me sentía más culpable y confusa. Un par de amigas de Twitter tuvieron que abrirme los ojos: @subnymeria me explicó que eso que me hacían era la luz de gas. Y @mi_de_DV tuvo que agarrarme de la mano y tirar de mí hacia fuera, porque las dudas y la culpabilidad me cegaban. Yo pensaba que lo mismo estaba exagerando, porque “pobrecita, con lo mal que lo está pasando en la vida, como voy a cortar la relación”.

Decidí que dejáramos de hablar un tiempo, a ver si me aclaraba. Y me siguieron llegando mensajes de ella del estilo “no me puedo creer que prefieras hablar con cualquier random antes que conmigo”.

Ahí decidí que se acababa todo, a pesar que ni siquiera había sido una relación Dom-sum, sino de amistad. Aunque hubiera cierto… deje jerárquico.

Quiero que se entienda que esto que me pasó a mí fue solo un intento que no llegó a cuajar. Y aún así me costó verlo y salir de ahí.

Las historias que yo he recibido son terribles: violaciones, grooming, extorsiones, maltrato, manipulación, traumas, consecuencias físicas, psicológicas… sufrimiento. Todo bajo el paraguas del BDSM.

Y a pesar de esto, algunos llegarán a la conclusión de que nadie está a salvo de tener una relación de abuso y manipulación, tanto vainillas como bedesemeras. Y es cierto. Pero mirémonos en el espejo: en el BDSM se lo estamos poniendo mucho más fácil a los abusadores. Todos podemos ayudar a que narcisistas y abusadores no se escondan en nuestra comunidad y a no confundir a los que buscan información, curiosos e interesados.

Mi agradecimiento a las personas que me contaron sus historias. No lo podría haber escrito sin vosotres. Os mando un abrazo muy fuerte.

Y a @DodosContentos, que me ha ayudado mucho con su asesoramiento profesional.