A ver, gentes. ¿Quién de nosotros está aquí por los cariñitos? Que levante la mano. Uno, dos. Otro ahí en el fondo. Ya veo. ¿Y quién está aquí por otras… cosas? No sé, por poner un ejemplo así, sin pensar… eh… los dispositivos de castidad.
¡Bueno! No puedo contar tantas manos. ¡Lo sabía!
Pues sí, somos muchas las personas en el BDSM que realizamos prácticas que pueden ser bastante peligrosas y poner en riesgo la salud y la integridad física.
Nos van los azotes, pinzas, ataduras, cera, electro. Jugamos con aparatos que hacen mucho más que cosquillas. Apretamos, pateamos zonas blandas. Metemos… cosas… por orificios, esperando que salgan sin mayores consecuencias (no como me pasó a mí esta vez).
Y además, siempre damos los mismos consejos a los novatos: mirad como se realizan las prácticas, minimizad los riesgos.
A ver, a ver, a ver, parémonos un momento aquí. “Cómo se realizan las prácticas”. Ejem.
No es que haya una página oficial del ministerio de salud que te las explique. Que no estaría mal, oye. Y de paso un teléfono de atención bedesemero, a lo Gila. “Oiga, ¿está el experto en sondas? Que se ponga”
Mucha de la información que te encuentras es de gente que, como tú y yo, está metida en el BDSM. De su experiencia y de sus errores. A veces hay suerte y hay algún estudio al respecto, pero no suele ser lo normal. Otras veces se mencionan estudios, así, en genérico, sin nombrar fuentes ni referencias. Lo mismo se puede extrapolar información útil de otros campos, como anatomía o medicina, por ejemplo.
A menudo te toca ir de una página a otra, de blog en blog, con información que en ocasiones es contradictoria. O preguntar en foros o RRSS, donde de repente todo el mundo es “experto”. Miedo me dan los expertos, porque más de una vez han resultado que no lo eran tanto. Vamos, que es más fácil decir “infórmate”, que hacerlo.
Lo cierto es que todo va a depender de lo que quieras hacer. Por ejemplo, si se trata de shibari, hay bastante información veraz y contrastada. Además, manuales de anatomía que se pueden consultar. Es más sencillo encontrar un taller, aprender qué hacer y qué no. O qué hay que tener a mano para practicarlo con seguridad. Signos de alarma. Cosas a tener en cuenta. En fin, lo deseable. Ojalá fuese así con todo.
Pero no. Hay otras prácticas, sobre las que no existe una guía clara. Y si preguntas a un médico cómo practicar, no sé, ballbusting de forma “segura”, como mínimo te mira raro. Te frunce el ceño. Y seguramente piensa que estás para que te ingresen en el psiquiátrico, aunque no te lo diga.
Pues con una de las prácticas más extendidas en el FemDom pasa exactamente esto último. Si le preguntas a un urólogo cómo usar un dispositivo de castidad de forma segura, te va a desaconsejar completamente el uso del aparatito. Y seamos sinceros, con motivo.
¿Y cómo lo sé? Pues porque @Eved_Neeman lo ha hecho. Así no tienes que pasar tú la vergüenza. Ya la ha pasado él por ti. ¡De nada!
Lo que ocurre es que, si estáis aquí para leer esto, lo más seguro es que os de lo mismo que el urólogo os lo desaconseje. Incluso que yo os lo desaconseje.
En el BDSM somos mucho de riesgos. Pero si lo vas a hacer, que sea con conocimiento. No os lancéis a practicar sin estar informados. Porque os digo una cosa: vivir con las consecuencias de malas praxis no es ni divertido ni excitante.
Para ayudaros, Eved os ha preparado esta guía sobre el uso de dispositivos de castidad. Tened en cuenta que no ha encontrado referencias documentadas sobre estudios al respecto. Está todo basado en experiencias personales de consumidores de estas jaulas. Incluida la suya.
Hablará de los tipos de CBs, cómo elegir el dispositivo que mejor se adapte a ti. Cómo se usa. Qué tener en cuenta. Riesgos e higiene. Una guía muy completa que te llevará de la mano por tus primeros pasos en el apasionante mundo de la castidad.
Pero recuerda, nada puede sustituir a tu sentido común.
Tipos de dispositivos de castidad
Los dispositivos de castidad se pueden clasificar en dos tipos:
Cinturones de Castidad
Suelen estar aconsejados solo para sesiones puntuales y son aquellos que cubren la zona genital a modo de “ropa interior”, tratando de impedir el acceso. No importa si tienes pene o vulva, hay uno para ti.
Jaulas o fundas para el pene
En principio están pensadas para llevar por un período de tiempo más largo. De este tipo de dispositivos hablaremos con gran nivel de detalle en esta entrada del blog, y nos referiremos a ellos como CB (Chastity Belt).
Aspectos relevantes a la hora de optar por un dispositivo de castidad
El tamaño importa 😉
En este apartado, como en casi todos los aspectos de la castidad mediante aparatos de tipo jaula, existen distintos puntos de vista. Para seleccionar el tamaño adecuado hay que considerar los dos componentes que, en conjunto, conforman el dispositivo, a saber:
- El aro que se colocará pegado al cuerpo, rodeando la base de los testículos más el pene.
- La jaula que contendrá el pene, para impedir el acceso al mismo y su manipulación.
Una de las recomendaciones más importantes, como en el bricolaje o en la analítica web, es: medir, medir y medir.
Es conveniente realizar las mediciones en días diferentes, a horas diferentes y en circunstancias diferentes para poder escoger entre todas aquellas que mejor se adapten al usario. En las páginas web de muchos vendedores se recomienda que las medidas se tomen con el pene flácido, justo después de una ducha caliente, para que la irrigación de la sangre a los genitales permita una medición más precisa en condiciones “normales”.
Pero ¿Qué debemos medir?
- Largo pene flácido. Para tomar esta medida hay que ponerse de pie y colocar una regla perpendicular al cuerpo, firmemente pegada a la base. Luego basta con sujetar el pene en paralelo a la regla y ¡voilà! En muchos sitios sugieren restar un centímetro a la medida obtenida.
- Circunferencia pene flácido.
- Circunferencia base genitales (donde se asienta el aro).
En los casos de las circunferencias, hay varias formas de tomar la medida para no volvernos locos. Una cinta métrica como la que se usa en costura es perfecta. Si no se tiene una a mano, podemos emplear un truco muy sencillo: utilizar un trozo de cuerda. Hay que rodear con la cuerda tanto el pene flácido como la base de los genitales. Y se puede hacer una marca con un rotulador o bolígrafo para, posteriormente, extenderlo sobre una regla y apuntar la medida obtenida. Para hallar el diámetro de cada componente (la medida que suelen utilizar casi todos los fabricantes) solo tienes que dividir ambas circunferencias entre 3,1415 (número π).
¿Eres “shower” o “grower”?
En teoría, y según la creencia popular, el “shower” normalmente tiene un pene grande cuando es flácido, pero al momento de erectar el tamaño no presenta gran variación. Por otro lado, el “grower” es aquel que, aunque tiene un pene pequeño en estado flácido, cuando erecta crece considerablemente en proporción a su tamaño en “reposo”. Ten este factor en cuenta a la hora de seleccionar la jaula de tu preferencia.
¿Loose o Superslim Fit?
En muchas webs, foros, RRSS, etc. se indica que el pene debe llenar la jaula y estar en contacto con todos los lados. Un dispositivo de longitud y diámetro correctos asegurará que la punta del pene presione suavemente contra el interior de la jaula, permitiendo que la uretra se alinee con el agujero para orinar fácilmente. Esto es muy importante para facilitarnos la labor a la hora de miccionar (si no tienes práctica es mejor que lo hagas sentado) y muy recomendable para mantener una higiene adecuada, fundamental para evitar las complicaciones que comentaremos más adelante.
Tened en cuenta que el pene es un órgano sin hueso ni músculos. Está formado por un tejido esponjoso y vasos sanguíneos. Además, la piel que lo recubre es más fina y mucho más delicada que la de otras zonas del cuerpo y se verá afectado por una presión excesiva. Por este motivo, en otros lugares se recomienda que el pene no quede ajustado dentro de la jaula, sino que tenga espacio suficiente para fluctuar naturalmente, permitir el paso del agua y una buena ventilación. Con un par de milímetros debería ser suficiente.
No existen estudios que refuercen una teoría u otra. La experiencia después de probar varios dispositivos demostrará qué es lo mejor para cada persona.
En mi experiencia personal, considero que la jaula debe quedar ajustada, pero no tanto que cause dolor. El tamaño adecuado hará que el pene esté contraído, pero no tanto como para suprimir el flujo de la orina. Cuando una jaula queda demasiado suelta, la sensación de poder escapar de ella fácilmente influye en el estado anímico de quien la lleva puesta, es muy frustrante, y las posibilidades de producir irritaciones o rozaduras es mucho mayor debido al “juego” que se produce. Lo suyo es poder limitar las erecciones de forma eficaz sin cortar el flujo de sangre al pene. Y creedme, si el aro es demasiado pequeño llegará un momento que causará mucho dolor y ardor en la piel. La sensación es tan desagradable que lo único que desearás es arrancarte la jaula. Y lo que no es la jaula también.
Materiales
A día de hoy existe en el mercado una amplia gama de dispositivos para poder seleccionar el que más se adapte a nuestras necesidades: tipo de uso, estilo de vida, gustos personales, estética, facilidad de limpieza y preferencias. Entre toda la oferta disponible podremos encontrar jaulas y aros de los siguientes materiales:
- Cuero. Hemos incluido este material más por reseñar que existen y que pueden servir como complemento perfecto para juegos durante una sesión que por su utilidad real para conseguir mantener al sumiso en castidad. Es posible encontrar distintos modelos que van desde fundas de piel para el pene hasta cinturones de cuero combinados con jaulas y candados.
- Silicona + ABS. Los dispositivos fabricados con este material son perfectos para aquellos que se inician en la práctica de la castidad mediante CB, pues están hechos con un material muy suave, flexible y adaptable. Debido a las características de la silicona, estos dispositivos están diseñados y pensados para un uso puntual. Es relativamente fácil que el sumiso pueda “escaparse” de ellos.
- Plástico. Dentro de la gama de plásticos de ingeniería e industriales que se utilizan para la fabricación de los dispositivos más populares en ventas, encontramos el ABS (acrilonitrilo butadieno estireno) o el PC (policarbonato). A diferencia de los CBs de silicona, pensados para un uso esporádico o durante los juegos en una sesión, las jaulas de plástico pueden utilizarse (observando unas normas básicas) por períodos de castidad más o menos prolongados.
- Impresión 3D con resina de nylon + ABS. Existen ya diversos modelos en el mercado que se construyen mediante esta tecnología. Los filamentos fabricados con resina de nylon, para los procesos de impresión 3D, utilizan tintes industriales para producir los dispositivos en diferentes colores. Uno de los componentes empleados en la composición del tinte negro (uno de los colores más habituales) suele ser la parafenilendiamina y normalmente no tiene efectos adversos.
- Metal. Estos pueden ser de acero quirúrgico o acero inoxidable y, según el consenso general de los usuarios, los más adecuados para la castidad que se mantendrá por largos períodos de tiempo. Los grados de acero inoxidable más comunes son el 304 y el 316. La diferencia clave es la adición de molibdeno, una aleación que mejora drásticamente la resistencia a la corrosión, especialmente para los ambientes más salinos o expuestos al cloruro. El acero inoxidable 316 contiene molibdeno, pero el 304 no. El acero quirúrgico es una variación del acero que comúnmente se compone de una aleación de cromo (12–20%), molibdeno (0,2–3%) y, en ocasiones, níquel (8–12%). El cromo le da a este metal su resistencia al desgaste y corrosión. El níquel le da un acabado suave y pulido. El molibdeno le da mayor dureza y ayuda a mantener la agudeza del filo. Hay tener especial cuidado con los dispositivos metálicos fabricados en China. Por lo general son de latón o similar con un recubrimiento de Cr-Ni que en algunos casos podría provocar alergias.
Cómo usarlos adecuadamente
Si no existe ningún tipo de experiencia previa, el sentido común, la sensatez y la prudencia deberían prevalecer sobre todo si el usuario no tendrá el control del dispositivo ni acceso a las llaves. Puede llevar varias semanas asegurarse de que el dispositivo se ajusta al cuerpo y es adecuado para un uso prolongado.
Su uso debe ser progresivo, especialmente cuando son dispositivos estándar que no se fabrican a la medida del usuario. A pesar de que en el mercado existen opciones que se venden con aros de varias dimensiones en el mismo kit (suele venir una única jaula), puede que no se ajusten perfectamente al cuerpo de la persona, ocasionando incomodidad, rozaduras, pellizcos, irritaciones. Una buena práctica consiste en ir observando la evolución y, si no se presentan problemas o complicaciones derivadas del uso, se puede ir aumentando poco a poco el tiempo que puede llevar puesto el dispositivo.
Fijarse que haya buena irrigación del pene y los testículos. El color (que no se vean los genitales amoratados) y la temperatura son dos referencias muy importantes a tener en cuenta. Además, cuando hay erecciones mientras se usa el dispositivo, el pene continúa dentro del cuerpo y se extiende prácticamente hasta el ano. Cuando tenemos una erección utilizando el CB, la jaula impide la inflamación de la parte del pene que está contenida en ella, así que la parte que se hincha es la que está detrás de los testículos, ocasionando una presión que empuja el dispositivo hacia el exterior del cuerpo, comprimiendo los testículos. Todo esto hay que tenerlo en cuenta.
Es importante que la persona que lo lleva tenga la posibilidad de retirar el dispositivo en caso de emergencia. Debería tener una copia de la llave. O también existen los candados de plástico numerados tipo “brida” que, una vez cerrados, solo pueden abrirse rompiendo el precinto.
De nuestra lectura en diversos medios relacionados con el BDSM, para evitar lesiones y problemas a largo plazo, se debería limitar su uso a un máximo de 6 horas consecutivas.
Riesgos y complicaciones derivadas del mal uso, de una mala selección del dispositivo o de un material inadecuado
La castidad, bien sea por consenso, “forzada” o autoimpuesta, es una fantasía de supresión muy recurrente y extendida en el BDSM. Sin embargo, como todas las demás prácticas, no está exenta de riesgos y no se debería tomar en ningún caso a la ligera. No sólo cambia la vida del sujeto enjaulado, implicando cambios a nivel físico y emocional. También implica una gran responsabilidad por parte de la persona que custodia la llave.
Antes de comentar los riesgos y las posibles complicaciones derivadas del uso de un dispositivo de castidad, me gustaría destacar el hecho del gran desconocimiento que existe de los efectos que pueden producir sobre la salud física y mental del usuario. Para complementar esta entrada del post, hemos consultado con un urólogo de prestigio y con muchos años de experiencia, para conocer la opinión de un especialista. Teníais que haber visto la cara del médico cuando le expliqué que había estado usando una jaula de castidad desde Nochebuena hasta Reyes. Tal fue su asombro que me ofrecí a mostrarle el dispositivo, que llevaba convenientemente guardado. Le expliqué con todo lujo de detalle cómo se colocaba el CB y la forma de utilizarlo. Después de escuchar atentamente mi explicación, me miró muy seriamente y me aconsejó encarecidamente que no utilizase nunca más el dispositivo, por los problemas que podía ocasionar.
Estas son algunas de las complicaciones físicas que pueden presentarse:
- Balanitis infecciosa, ya sea por bacterias o bien por hongos (candidiasis). Si es una infección lo que produce la balanitis, el médico puede recetarte una crema antimicótica, antibióticos o una crema esteroide suave. Si los síntomas no responden al tratamiento o siguen reapareciendo a pesar del tratamiento (balanitis recurrente), informa a tu médico de cabecera. Podría recetarte otro tratamiento o derivarte a un especialista para hacer más pruebas.
- Infecciones urinarias. Las infecciones urinarias se producen cuando ingresan bacterias en las vías urinarias a través de la uretra y comienzan a multiplicarse en la vejiga. Cuando esto ocurre, las bacterias pueden proliferar hasta convertirse en una infección totalmente desarrollada en las vías urinarias. Este tipo de infecciones no siempre causan signos, pero cuando lo hacen estos síntomas pueden incluir necesidad imperiosa y constante de orinar, sensación de ardor al orinar, orinar frecuentemente en pequeñas cantidades, orina de aspecto turbio, color rojo, rosa brillante o amarronado (sangre en la orina), orina con olor fuerte.
- Reacciones alérgicas al material. Es posible que personas con sensibilidad pueda experimentar efectos adversos a alguno de los componentes empleados en la fabricación del dispositivo. Los síntomas suelen notarse rápidamente, produciendo picores, irritación y/o inflamación entre otros (balanitis de contacto-irritante). Si experimentamos una reacción de este tipo, deberíamos dejar de utilizar el producto de inmediato, y los síntomas deberían desaparecer en pocos días pues, una vez que dejamos de usar el producto que causa la irritación, los síntomas generalmente desaparecen. Sin embargo, pueden reaparecer si comienzas a usar el producto nuevamente. En caso necesario, consulta a tu médico.
- Daños al tejido. Los dispositivos que no se fabrican a la medida del sumiso pueden quedar demasiado ajustados o muy sueltos. Esto no quiere decir que los que se fabriquen a medida estén exentos de riesgos. Tanto en un caso como en otro, pueden producirse rozaduras, heridas y hematomas por la presión o el roce constante de los elementos que conforman el dispositivo sobre el pene y la base de los testículos. En mi experiencia personal, he llegado a experimentar dolor en la zona donde la punta de la jaula tocaba los testículos. Después de varios días de uso continuado (retirando el CB para dormir por las noches) llegué a apreciar inflamación en el escroto producida por el contacto de la parte inferior de la jaula. Prestad especial atención a las jaulas que, por su reducido tamaño (longitud/diámetro) hagan demasiado contacto o presión contra el pene, pues podrían ocasionar daño tisular.
- La castidad de larga duración es un riesgo para la salud de la glándula prostática. Como se desprende del artículo publicado en la revista Muy Interesante al que podéis acceder a través de este enlace, la eyaculación frecuente reduce el riesgo de padecer problemas de próstata. Una de las hipótesis que se barajan en el estudio reseñado sostiene que eyacular con regularidad permite drenar esta glándula, liberándola de los agentes cancerígenos que se depositan en ella, llegando a dividir hasta entre 3 las probabilidades de desarrollar tumores prostáticos.
- Atrofia, disfunción eréctil, reducción del tamaño del pene. Aunque existen muchas publicaciones en redes sociales, páginas web, blogs y foros en todo Internet donde se hace referencia a la posibilidad de realizar una disminución paulatina del tamaño del pene y su atrofia mediante la castidad prolongada y el uso de jaulas cada vez menores, no tenemos conocimiento de ninguna investigación científica reconocida que demuestre que los dispositivos de castidad causen cambios anatómicos duraderos. Aunque bien es cierto que, durante la fase de sueño REM, una persona suele tener entre 3 y 5 erecciones completas. Este es el mecanismo del cuerpo para mantener el correcto funcionamiento del pene. Impedir las erecciones de forma prolongada puede tener efectos adversos sobre el tejido de los cuerpos cavernosos, retrayéndolos. Esto podría suponer, como consecuencia, la pérdida de volumen en la erección.
- Efectos psicológicos: daño moral y psicológico. Muches son les sumises que “ceden” ante la exigencia de sus Dominantes de mantenerse en castidad, por su necesidad de complacerles en todos sus deseos o por miedo a represalias. Os recordamos que en el BDSM las prácticas tienen que ser consensuadas. Nadie os puede forzar a hacer algo que no queréis. Pero este tipo de consecuencia no tiene por qué presentarse exclusivamente en estos casos. No siempre es fácil mantener la castidad. En ocasiones, y debido a muchos factores como el estrés producido por el trabajo, el estado anímico o físico, por problemas de salud, puede ser muy exigente a nivel emocional. Fantasías de supresión puntuales aparte y dejando de lado los riesgos que supone para la salud, la sensación de angustia y/o frustración que a veces supone verte negado de placer se hace muy difícil de sobrellevar. Ceder el control no sólo de los orgasmos sino de toda tu sexualidad debe ser una decisión meditada y consensuada. Creo sinceramente que los efectos psicológicos derivados de la supresión excesivamente prolongada del placer que se produce por limitación de orgasmos, esa negación sistemática de placer que impide que se liberen en el cerebro hormonas beneficiosas para producir no sólo placer sino felicidad y bienestar físico y mental, deben ser evaluados cuidadosamente. Disminución de la capacidad para el normal desempeño de actividades cotidianas, bajo rendimiento laboral. Las relaciones sociales o familiares se pueden ver afectadas. Durante el orgasmo, se liberan una serie de hormonas que son muy beneficiosas para nuestro bienestar psicológico. Durante el orgasmo, no solo se libera oxitocina, sino también otras hormonas como la adrenalina, las endorfinas, que actúan en nuestro organismo como vasodilatadores, permiten una mejor circulación de la sangre y evitan así la formación de coágulos. La mejora de la circulación junto a la sensación de felicidad provocada por la secreción de estas hormonas ayuda a mantener una mejor salud cardiovascular.
La Higiene
Una buena higiene es fundamental para prevenir muchas de las complicaciones o efectos adversos que hemos enumerado y descrito en los párrafos anteriores. El estilo de vida del usuario y su nivel de actividad física determinarán la rutina y la frecuencia con la cual deberá asearse e higienizar la jaula. Si el nivel de sudoración corporal es muy elevado o se practica actividad física de alta intensidad, lo más adecuado será retirar dispositivo de castidad con más frecuencia para limpiarlo que alguien con un estilo de vida menos activo. Por tanto, la limpieza deberá personalizarse según las necesidades de cada cual.
Una de las reglas más importantes relacionadas con la higiene es mantener la cabeza del pene y el prepucio (en personas no circuncidadas) muy limpios y secos para evitar la proliferación de bacterias y hongos que pueden traer complicaciones. Y en la limpieza influye mucho el estilo de dispositivo y la forma de la jaula. Los CBs tipo jaula con muchos “huecos” favorecen la ventilación y facilitan la labor de limpieza. Los dispositivos tipo funda que, por su diseño, son más cerrados son propensos a desarrollar malos olores si el mantenimiento y la frecuencia de higiene no es la adecuada.
La mejor práctica consiste en retirar el dispositivo para realizar el aseo. Es muy importante dedicar tiempo a revisar y limpiar el dispositivo para evitar los problemas derivados de un mantenimiento inadecuado.
En caso de no poder retirar el dispositivo por no disponer de la llave (desaconsejado), puede utilizarse el cabezal de la ducha con un chorro directo para limpiar lo mejor posible el interior de la jaula. Se recomienda utilizar jabón antiséptico y enjuagar muy bien para eliminar cualquier resto de la orina que se acumula en el interior de la jaula. Es extremadamente importante secar muy bien el pene y el interior del CB. Para ello puede ser de gran utilidad utilizar un secador de pelo en frío y lo suficientemente alejado, para eliminar completamente cualquier rastro de humedad.
Nunca debe dejarse la jaula húmeda, ya que esto propiciará el crecimiento de hongos y podría provocar otras infecciones bacterianas. Para la limpieza de la jaula es conveniente desmontar el CB separando todas las piezas que lo componen. Se puede utilizar el mismo jabón antibacterial o algún producto antiséptico específico con agua tibia y un paño suave para la limpieza del dispositivo (en función del material de fabricación, por supuesto). Los bastoncillos de algodón pueden ser unos grandes aliados en las tareas de limpieza y secado. Existen otros métodos para la desinfección de la jaula que pueden emplearse dependiendo del material del que esté hecho el CB. Los metálicos, por ejemplo, pueden sumergirse en agua hirviendo. Para los de materiales menos resistentes, pueden utilizarse aparatos de rayos UV. El agua y las cerraduras no suelen llevarse bien. El contacto directo con el agua podría provocar la oxidación y, eventualmente, problemas de apertura y cierre.
Para evitar problemas médicos como consecuencia de una higiene inadecuada debería retirarse el dispositivo frecuentemente, limpiar y secar todas las partes del CB a conciencia, asearse convenientemente y revisar bien la zona genital en busca de rozaduras, heridas, hematomas, erupciones o similares, en cuyo caso debería suspenderse inmediatamente el uso.
En lo referente al vello púbico, existen diferentes teorías y preferencias. El pelo corto suele ser la mejor opción. No es conveniente que el vello esté demasiado largo, ya que suele quedarse atrapado entre los elementos de la jaula y causar mucho dolor al arrancarse accidentalmente. Y hasta aquí nuestra guía. Si tienes alguna consulta al respecto, déjanosla en los comentarios y te ayudaremos en la medida de lo posible.
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